En el embarazo se empieza a crear el calostro, para cuando damos a luz ya esté preparado para alimentar a nuestra criatura, aunque parezca pequeña cantidad es un oro líquido, tiene un alto valor nutricional e inmunológico. El calostro es suficiente para alimentar al bebé hasta que se produzca la subida de la leche.
A las 24-72 horas tras el parto, se produce la subida de la leche (si hemos estado dando el pecho a demanda, a todas horas y en todo momento desde su nacimiento). Tenemos una sensación que los pechos se llenan, pero cuando es exagerado, los notamos como una piedra, y está tan duro que nos duele y el bebé no consigue agarrarse a pesar de haberlo hecho sin problemas las horas anteriores, se trata de una ingurgitación.
La ingurgitación se produce por un aumento de la vascularización de las mamas. Es una acumulación de líquidos que, combinado con la acumulación de leche, desemboca en un pecho doloroso y la imposibilidad de que el bebé se agarre. Además, la administración de líquidos intravenosos en el parto, epidural, suero, etc hace que aumente el edema vascular, por tanto, es recomendable evitar su administración innecesaria. También es recomendable evitar la separación madre-bebé tras el parto y la interferencia con chupetes o tetinas. El mal agarre o la poca frecuencia en las tomas también pueden aportar dificultades.
Para poder solucionar una ingurgitación, debemos hacer que el bebé haga tomas frecuentes, así conseguiremos que la leche fluya, además evitaremos al máximo el calor, es muy recomendable aplicar frío para ayudar a reducir el edema. Una opción con muy buenos resultados son las hojas de col de la nevera. Se aplasta la hoja para romper los nervios y se pone sobre el pecho varias veces diarias.
Cuando te encuentres en esta situación, es recomendable contactar con tu asesora de lactancia de confianza, ella te acompañará y te dará los mejores consejos para reducir el dolor y vaciar el pecho correctamente. Con la subida de la leche, muchas madres se encuentran en esta situación, pero no la conocen y sienten que es "normal" tener los pechos llenos, debemos controlar los bultos y evitar que exista dolor.
La subida de leche se produce cuando el bebé ha estado amamantando durante día y noche, a demanda, a más succión, más producción. Si ha subido la leche y tu bebé está mamando mucho, pero aun así sientes tus pechos llenos, con dolor y algún bulto, nos podemos estar encontrando con la ingurgitación mamaria. Tiene solución, así que contacta con una profesional para que te acompañe en estos momentos.
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