Cuándo decidimos amamantar o no a nuestra criatura, es una decisión exclusivamente de la madre, ella elegirá si dar teta, cómo darla y hasta cuándo.
Hay muchas madres que deciden no amamantar a su criatura con el fin de que el padre o la pareja pueda compartir la alimentación de su bebé y disfrutar de esta manera de la experiencia. Otras familias se plantean diferir la lactancia en algunas tomas, normalmente las nocturnas, para que la madre pueda descansar y para que el padre le pueda dar el biberón con leche materna al bebé.
La vinculación del padre con la criatura puede realizarse de muchas otras formas, las lactancias pertenecen a las madres. El padre puede participar en la vida de su hijo de otras muchas maneras: bañar al bebé, cambiarle los pañales, hacer caminatas nocturnas con el bebé a cuestas para que se duerma, hacer masajes en la tripa, mecer, bailar, dormir, cantar...
Cada una de estas tareas requieren a alguien dispuesto a llevarlas a cabo, porque amamantar nos lleva mucho tiempo a las madres y si alguien nos ayuda en esas tareas lo vamos a agradecer.
La pareja de una madre lactante, debe sostenerla, cubrir sus necesidades en todo momento, traerle agua, darle la comida en la boca, quedarse con el bebé para que ella pueda ir al baño o ducharse, encargarse de las tareas del hogar, ponerle su serie favorita y mil cosas más.
Durante la lactancia, la función principal de la pareja es sostener a la madre para que ella pueda cuidar del bebé. Porque recordar que la lactancia es cosa de tres, las madres necesitan a alguien al lado que las acompañe y las cuide para que ellas se dediquen exclusivamente a amamantar a su criatura.
Las madres necesitamos parejas que atiendan a nuestras necesidades y que entiendan que durante una época de nuestras vidas vamos a dedicar todo nuestro amor, tiempo y dedicación a nuestra criatura.
Padres que estéis leyendo esto, las madres tenemos muchas necesidades:
Que nos protejan de las críticas indeseadas de los familiares y lxs amigxs que siempre opinan.
Que lean con nosotras los libros de crianza.
Que se nos desaloje la habitación del hospital o el comedor de casa, si las visitas parecen no tener ganas de irse.
Que alguien nos cocine y nos corte la comida o nos prepare un café bien rico.
Que alguien se quede ateniendo al bebé para que nos podamos dar una ducha o para poder ir al baño.
Que nos mimen y nos entiendan, sostengan nuestras dudas y miedos.
Que nos apoyen siempre al 100%
La lactancia es algo muy breve en la vida de un bebé y la naturaleza nos ha diseñado para gestar, parir y alimentar. Es nuestro momento, pero para que sea posible, dependemos de vosotros.
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