Hoy voy a hablarte de las grietas, esas heridas que aparecen en los pechos y que duelen muchísimo, esas heridas que se ha normalizado tener cuando estás amamantando y llegar a comprometer seriamente la continuidad de la lactancia.
¡Recuerda: dar el pecho NO DUELE, puedes tener sensibilidad e irritación los primeros días, pero cuándo hay dolor y herida, es que algo no va bien!
Las grietas aparecen al mamar sólo del pezón, en lugar de agarrar una buena parte del pecho, incluyendo la areola.
Cosas importantes de las grietas:
Encontrar qué ha provocado su aparición
Pueden facilitar la aparición de otras complicaciones (obstrucción mamaria, mastitis…)
Aparecen por un mal agarre, una mala posición o un frenillo sublingual no diagnosticado
Poner aceite de oliva y dejar el pecho al aire
No lavar el pecho en cada toma
Contactar con tu asesora de lactancia para que lo revise
Si curamos las grietas sin buscar el origen de su aparición, entraremos en un bucle del que es difícil salir, por qué aparte tendremos dolor mientras amamantamos.
Si ya existen grietas a la madre le costará afrontar cada toma y probablemente la tensión de hombros y brazos dificultará encontrar una buena posición. Es importante que confíe en sí misma y en su capacidad para solucionar el problema, que respire varias veces antes de empezar y recuerde que cuando su bebé esté bien agarrado no le dolerá, tendrá una ligera molestia, no dolor, mientras las grietas acaban de curar.
Las GRIETAS transforman algo que debería ser placentero en un momento que las madres no desean que llegue, con tal de evitar el sufrimiento.
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