La lactancia tiene que ser placentera y eficaz, amamantar no duele, las grietas no son normales, el dolor indica que algo no va bien. No habríamos llegado hasta aquí como especie si dar el pecho fuera de por sí un proceso doloroso.
Si tienes dolor debes saber que las principales causas son:
1️⃣ Posiciones incorrectas para amamantar: el cuerpo del bebé tiene que mantener un eje recto: oreja, hombro y cadera, deben permanecer alineados sea cual sea la posición elegida para amamantar.
2️⃣ Posturas incorrectas: cada pecho es diferente y, por esa razón, debemos trazar un eje imaginario desde el centro de nuestro pezón hacia la cabeza del bebé. Si se crean ángulos, el pezón queda torsionado dentro de la boca del bebé. Y muy importante, el mentón y la nariz del bebé deben estar pegados al pecho.
3️⃣ Agarre incorrecto: cuando el bebé se agarra al pecho debemos observar cómo el pezón se dirige hacia el paladar, el bebé abre los labios consiguiendo* un ángulo superior a 90 grados, además coloca ambos hacia afuera y las mejillas se observan redondeadas.
4️⃣ Frenillo lingual corto: la presencia de un frenillo corto puede producir que el bebé tenga una succión compensada, es decir, que para contrarrestar las limitaciones que presenta su lengua, haga más fuerza o succione con más fuerza para conseguir extraer la leche.
5️⃣ Dificultades de succión: hay bebés que presentan succiones inmaduras o patrones de succión masticatorios que causan traumatismo en el pezón y mucho dolor.
Cada vez somos más conscientes de que dar el pecho no debería doler, pero aún nos queda trabajo para conseguir que las mujeres interioricen este concepto.
Si hay dolor al amamantar quiere decir que algo no va bien, si es tu caso no dudes en acudir a un grupo de apoyo a la lactancia o un profesional sanitario experto en la materia que pueda ayudarte a valorar una toma y encontrar las causas de ese dolor.
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