La exposición al sol es la principal fuente de obtención de la vitamina D, es la manera fisiológica. Aunque el estilo de vida, entre paredes, la protección solar y la ropa de más que llevamos, hace que no tengamos una buena absorción de esta vitamina tan importante.
Los bebés necesitan vitamina D para un crecimiento y desarrollo sanos. Ayuda a desarrollar huesos y dientes fuertes. Sin suficiente vitamina D, los bebés y niños pequeños están en riesgo de raquitismo, una enfermedad que afecta la manera en que crecen y se desarrollan los huesos. Esto puede provocar defectos y fracturas esqueléticas.
Cuándo nace el bebé, la primera recomendación que nos dan es darle al recién nacido, un suplemento de vitamina D, sin tener en cuenta que tipo de lactancia y valorar otras opciones.
La leche materna es pobre en vitamina D, y eso es cierto en parte, ya que si la madre tiene déficit de vitamina D, la leche materna también lo será. Sin embargo, si la madre se suplementa adecuadamente y sus niveles son óptimos, su leche también lo es y no sería necesario suplementar a los bebés.
Así que, infórmate, busca artículos y documentos que te expliquen la importancia de tener unos niveles adecuados de vitamina D y además qué cantidad de suplemento necesitas.
👉🏻 Recuerda, a través de la leche materna le transferimos todo al bebé, tanto lo bueno como lo malo.
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